Becadas y nevadas: una relación curiosa

Los modelos meteorológicos predijeron la llegada de un importante temporal de nieve a la península en enero de este año 2.021 y acertaron plenamente. La irrupción de Filomena, que así fue llamada por AEMET esta borrasca profunda europea, afectó el territorio nacional entre el 1 de enero y el 11 aproximadamente. Esto se refiere a su actividad, porque sus efectos aún están presentes en las cuencas hídricas o en forma de manto blanco en las cotas más altas.

Y con este panorama, ¿Qué han hecho nuestras becadas? Pues como es habitual, unas una cosa y otras otra bien diferente. En este sentido resulta especialmente revelador el comportamiento de dos de nuestras becadas equipadas dentro del Proyecto Scolopax Sin Fronteras: Ilargi y Ezpela.

Recordemos que ambas becadas están monitorizadas ya de vuelta en su zona de captura de la Montaña Alavesa y que según nos reporta Ibon Telletxea la nevada fuerte en la zona comenzó el día de Año Nuevo. Al día siguiente, el 2 de enero, Ilargi se mantenía en su sitio, pero el 6 de enero, como regalo de Reyes, nos envió una nueva posición a 25 kilómetros en línea recta al Oeste. Esa zona, aunque también estaba cubierta de nieve, era 200 metros más baja que la anterior. hasta el 13 de enero sabemos que sigue en esa zona de menor altitud y y en su última localización del 20 de enero, Ilargi ha vuelto «a su sitio». Conclusión: al menos ha permanecido una semana fuera de su zona.

Sin embargo Ezpela, que vive en la misma zona, no se ha movido de su sitio durante todo el temporal.

Ibon Telletxea y José Luis Guzmán durante los trabajos de localización en 2.010

Esta situación nos trae a la memoria los trabajos que realizó el investigador José Luis Guzmán para su doctorado y más concretamente el excelente «Factores que modulan la abundancia invernal de la becada (Scolopax Rusticola): Implicaciones para su gestión y conservación» al que podemos acceder en este enlace: https://digital.csic.es/bitstream/10261/147210/1/abundaScolopax.pdf

Era enero de 2.010, un invierno que sufrió tres olas de frío consecutivas. José Luis Guzmán mantenía un grupo de becadas monitorizadas mediante radiotelemetría convencional en varias zonas, un contingente importante en territorio alavés. En aquella ocasión tuvimos la oportunidad de colaborar con José Luis en la localización de estas becadas utilizando una avioneta y varios vuelos recorriendo todo el territorio de Euskadi, desde la frontera francesa hasta el extremo oeste de Bizkaia.

Montamos antenas en los batientes de las dos alas de una Cessna.

Explicado grosso modo José Luis observó tres grupos de comportamiento diferentes dentro de este contingente de becadas alavés:

Una parte de estas becadas aguantaba la ola de frío sin moverse de su sitio.

Otro grupo era el primero en abandonar la zona buscando territorios más habitables, más bajos y cercanos a la costa, normalmente. Curiosamente este grupo era el que más tardaba en volver a su zona.

El tercero aguantaba en la zona más y también era el primero en volver.

Todas las becadas volvían a su mismo lugar de invernada.

Los tres grupos repitieron exactamente el mismo comportamiento en las tres olas de frío de ese invierno.

Estos días las becadas alavesas repiten estos comportamientos.

Investigación! Investigación! Investigación y más Investigación!

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